Esta historia
tiene personajes reales, un contexto real, una situación real, una desazón
real. Es incluso una publicación personal, pero de aquellas que uno saca
conclusiones profundas. Por eso quiero compartirla.
Uno de los
personajes se llamará I. Es Profesora
de Inglés, durante muchos años militó en el Partido Comunista
Chileno, participó en numerosas acciones de derechos humanos, habitualmente
dice tener posiciones de izquierda, habla de solidaridad, de
justicia, de necesidad de cambios. Otro personaje es "La Cleo " o
"Cleopatra",una perrita casi seis meses de edad que mi
pareja ayudó, junto a unos chicos animalistas, a rescatar de unas matas de
zarzamora en que la habían votado con su cachorro hermano, que durante unos
días acogimos en nuestro departamento, donde ya tenemos dos
cachorros, Tomaza y Preto.
Comenzamos a
buscarles un hogar. Les pusimos la primera vacuna, los desparasitamos y los
regalamos. El macho se fue a una parcela, La Cleo , decidimos regalársela a esta
"amiga" que venía de vuelta de otra ciudad y ya con sus hijos grandes
y trabajando o estudiando fuera de casa viviría sola y nos pareció que una
cachorra sí, que no mediría de grande más de 50 centímetros ,
podía serle buena compañía. Al regalarla le señalé que yo pagaría las vacunas y
la operación de esterilización de la cachorra. El otro personaje, obviamente,
soy yo.
El punto es
que hace un par de semanas me avisaron que había que operarla, que los exámenes
salían esa semana $28.000.- (unos 55 dólares) y para la operación se requerían
otros $50.000.- (unos 105 dólares) que era en una semana más menos, hacia
adelante, para cubrirlos. Este es el texto literal de ese aviso:
"hola Rodrigo, te escribo para contarte que a tu hija
adoptiva, la Cleo ,
le
harán los exámenes médicos en la clínica de la UdeC este jueves a las 11:00 hrs. Los exámenes
salen alrededor de $ 28.000.- Y la esterilización se hará el viernes 26 o sábado
27, y sale alrededor de $50.000.-
Favor cuéntame cómo nos organizamos para pagar estos gastos, porque
como tu ya sabes, yo no tengo ni uno jajajaja.
Saludos"
El hecho es
que ayer tarde, ante una compleja y espero puntual situación económica que paso
le escribí a I. diciéndole:
"estoy literalmente sin ni uno, así que no hay
ninguna posibilidad de pasarte los 50 de esta semana para la Cleo. Las opciones son
te los consigues y después te devuelvo o se espera la operación. Sorry."
Esperaba,
es cierto, un poco de comprensión sobre la materia, por que efectivamente esta
semana paso por una muy compleja situación económica y por que no es una
operación de emergencia, sino una esterilización. La respuesta fue
intransigente, que ya estaba programada la operación para el día 3 de mayo, que
ya para ese día debía tener solucionado el problema, que yo le había dicho que
tenía reservas para la operación - que he debido ir usando en cosas banales
como comer y venir a trabajar cada día, ni un lujo más-. La respuesta fue "Si quieres puedes ver otra posibilidad de donde
operarla, pero no puede
esperar. Lo dejo a tu criterio."
Intenté explicar, con lujo de detalles, cual es mi situación financiera
real, al día de hoy unos 50 dólares es toda todo mi capital, y como me era
imposible cubrir el monto que me pedía mientras no cubriese necesidades y otros
gastos impostergables que me cobran cada mes, como el arriendo de oficina y el
plan de salud. La respuesta es, además de acusarme de ser como la mayoría de
los padres chilenos (mis cachorros no opinan eso, estoy seguro) en
resumen una verdadera expresión de lo más profundo de lo que se piensa, de lo
que no se piensa, pero de lo que nos constituye:
"Ah! y no me interesa el detalle de
tus gastos. Es un detalle que no me incumbe, ni me interesa. "
Confieso que esa respuesta me tumbó, de desarmó, es de aquellas que
hacen que uno repiense para que ha pasado toda una vida convencido de la
colectividad y la solidaridad, de la alteridad, de buscar soluciones
consensuada y no anteponer los egoísmos sobre todo. Discutimos con mi pareja,
salí a caminar así fuesen las 12 de la noche por que quedé literalmente mal del
alma, no se trataba de una emergencia, habían opciones como cuidarle el primer
celo (con Tomaza eso hicimos) , postergarlo, conseguirse, etc. Pero, no la
respuesta es brutal, no me interesan tus
gastos, no me interesan tus problemas no me incumbe. El individualismo y la
falta de alteridad más absoluta, la falta de solidaridad total, el encierro que
nos deja absolutamente indefenso e informes frente a la brutalidad del sistema
probablemente más brutal que hayamos vivido en siglos, el del hiper individualista
neoliberalismo. Es decir que ante una premura económica real versus una
necesidad no inminente (no radical diría Marx) los problemas del otro ni
interesan ni incumben.
Quede mal, lo prometo, por que se parecía mucho a esa otra respuesta en
TV de Allamand, un candidato de derecha a la presidencia, cuando le dijeron
“pero póngase en el lugar del otro” y respondió “si me pongo, pero desde mi
perspectiva”, a lo que algún televidente twittió de inmediato: “pero eso no es ponerse
en el lugar del otro púes”, o sea sin alteridad ninguna.
Por que si pasamos tantos años hablando de solidaridad, respeto, justicia,
derechos humanos, equidad y conectarse con el otro, de no ser individualistas,
una respuesta así: LOS PROBLEMAS DEL OTRO NI ME INTERESAN NI ME INCUMBEN, SOLO
MIS URGENCIAS, simplemente me derrumban.
Con esto acabo de comprender que Pinochet y su modelo nos derrotaron profundamente, en el centro mismo de todo y
que no hay solidaridad real alguna. Y eso me provoca una desazón tremenda. Por
que más allá de los macro relatos y los discursos siempre he creído que
Foucault tiene razón, que son los microespacios y estos relatos los que forman
la trama de la sociedad que vivimos y del doble rasero de hablar una cosa y
hacer otra. ¿Si los problemas del otro ni me interesan ni me incumben, en que
debo convertirme para estar a tono con esta forma de humanidad?
A lo mejor mi dolor me tiene aturdido y estoy equivocado, pero episodios
como este creo dan para pensar profundamente en lo que nos hemos convertido.
Estimado amigo,
ResponderEliminarLa historia que usted relata, aparte de las implicancias en lo relativo a la falta de empatía y solidaridad con la situación del prójimo, revela otro aspecto que considero más preocupante todavía, me refiero a la falta de compromiso e involucramiento con un ser vulnerable e indefenso, que si bien no es humano, al momento de acogerlo, aceptarlo y reconocerlo como parte del núcleo, implica una responsabilidad, y más aún, involucra "afectos".
No se lo que dirán Foucault o Marx, pero si una persona no es capaz de hacerse responsable de los seres que acoge y que supuestamente debería "querer", ¿cómo espera usted que a esa persona le interesen o le importen los problemas de alguien que es tan solo "un amigo"?
Amigo, la solidaridad y los valores en general, se notan con este tipo de situaciones, no en la marcha ni en la protesta.
Por otro lado, y creo que usted comparte lo que voy a decir, jamás se me ocurriría tener una mascota y endosarle los gastos relacionados a otro. Por favor, si es una mascota, no es un hijo en común (que de eso si se bastante).
En todo caso, su relato invariablemente me hace recordar aquellos reportajes a situaciones de protesta, en que entrevistan a personas con alguna carencia o déficit y cuyo argumento es, "es que el Estado me tiene que dar una solución", su caso me suena a "es que Calderón me tiene que dar una solución". Las soluciones tienen que partir de uno, y cuando uno solo no puede, recurrir a terceros, pero mínimo, hacer el esfuerzo.
Bueno, como usted sabe, yo tampoco soy muy solvente, pero si necesita hacer una colecta, cuente con mi aporte.
Un abrazo...