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Concepción, Bio Bio, Chile
Abogado. Maestro en Teorías Críticas del Derecho. Doctor en Derecho en DDHH y Desarrollo.

jueves, 21 de octubre de 2010

CAMBIAR LA VIDA.


A menudo cuando señalo que otro mundo es posible muchos me miran con incredulidad. Algunos creen que debería ser así, que estamos moviéndonos en medio de una crisis demasiado grande, pero les cuesta imaginar como sin los viejos partidos hoy en crisis y sin que se pueda tener el aparato del estado esto puede lograrse. Otros, la mayoría, me mira francamente como si fuera un marciano. Los primeros tienen algo de razón, pero me parecen atrapadas en un paradigma antiguo que no imagina la política sino en los partidos y que olvida que en todos los experimentos en que lograron llegar al estado, la transformación no cuajó del todo, por que olvidaron lo necesario de crear una cultura distinta. La derrota de la Concertación en Chile es el ejemplo más reciente: administraron el sistema, implementaron políticas públicas para los más pobres pero finalmente administrando un modelo que era más complejo de lo que lograban entender, que llevaba e sí una concepción del hombre como un consumidor y un cliente que medía todo por cosas, perdieron una batalla cultural esencial.
Los segundos simplemente no imaginan como sería posible otro mundo. Y es que televisión, radios, prensa y la forma como se trabaja, se educa y se nos cría y recrea nos tiene tan convencidos que no es posible vivir de otra forma distinta a como vivimos, a pesar que estamos inmersos en un sin sentido cada vez mayor.
Hace un par de días pude ver como la gente hacía filas de muchas cuadras para comprar un boleto de un sorteo de azar que los diarios advertían que existía una posibilidad de algo así como 0,00022% de ganarse el premio. Y sin embargo se estaba dispuesto a estar horas de pie, sin hacer anda más por la quimera de obtener sin esfuerzo alguno dinero fácil. Tiempo que pudo ser dedicado a descansar, a estar con los amigos, con los hijos, con la familia, no, se le decidió dedicar a hacer una fila para una ilusión de ilusos que querían dinero, mucho dinero, como solución a todo. El mismo día por mi trabajo podía ver como una familia completa se destrozaba por una casa que el matrimonio se disputaba por que en verdad nunca hicieron un balance de por que hace 15 o más años se habían separado y ahora tomaban partido por joderse al otro dándole menos dinero o arrebatándole su parte en la casa; y a una de las integrantes de la familia, por no estar de acuerdo, el mismo día que era dada de alta de una operación, la madre en vez de preguntarle como estaba le espetaba que por no estar con ella no quería volver a verla ni a ella ni a su perra. Cargar con los animales es una estupidez mayor.
Y podría hacer una larga enumeración de cosas sin sentido: un tipo que discute con una chica por que le da comida a un perro callejero, un convencido anticapitalista haciendo fila para comprar ese boleto de azar, gente beata y amargada, etc etc etc,
La cuestión es la siguiente: hay que cambiar la vida, la forma como estamos viviendo por que se destruye el planeta, se destruye la familia, se quiebran los lazos de amistad, nos estamos volviendo gente estúpida que no habla de nada más que de las gracias de los de la Tv. Se nos está consumiendo el oxigeno, la billetera, la fraternidad, todo.
Esto de lo que hablo es muy político. Y requiere convertirse en militantes de la vida.
Si el consumo funciona es por que nos han convencido día a día, minuto a minuto, con todos los medios que tienen que lo que se debe hacer es consumir. Todo se debe comprar, ya no es imaginable `pedir agua a un vecino, se debe comprar y en botellas plásticas que contaminan. No nos damos cuenta d eso por que minuto a minuto, segundo a segundo nos han colonizado las vidas y nos han cambiado uno a uno de individuo a individua, convencidos todos que solo se pueden hacer las cosas de la manera que la publicidad dice.
Y sin embargo si uno se decidiese a hacer un sinfín de cosas prácticas que van contra ese modelo de vivir a que el capitalismo nos invita y que está consumiendo vidas, psiquis y planeta, lo primero que hay que empezar a hacer es a des educarse y a cambiar individual, grupal y colectivamente, para crear otra cultura de vida que la de las finanzas y el supermercado. Se requiere con urgencia crear una nueva cultura que sea contra cultura de la basura que vivimos y propagarla par darle sentido a las cosas.
SI uno cambia ya es un cambio, si muchos cambian es ya un sentido. Solo entonces puede que volver a los partidos, a las masas en la calle o al estado tenga sentido, cuando se trata de recuperar lugares de encuentro y no otros lugares que se hicieron vacíos.
Afirmo una vez más, otro mundo es posible, pero requiere de cada uno y de todos, y de esa nueva cultura.
En los años ochenta el dúo Swhenke y Nilo cantaba una frase que lo explicaba muy bien, decía que "lo bueno de aquello era estar convencido que todo lo que uno hiciera al momento era la llave, la puerta del tiempo", y eso se nos ha olvidado.
Es necesario volver a pensar cada pequeño gesto como un gran gesto militante por una cultura de vida decente, o estamos fritos.
Y aunque no lo crean los escepticos o los esperanzados que no ven, recetas para empezar hay muchas,

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