El gobierno de Sebastián Piñera ha presentado su proyecto de
reforma laboral, pero no es eso sino un proyecto que busca deformar el derecho
laboral, construir una reglamentación que se hace cargo de los temas que están
sobre la mesa (tecnología, nuevas formas productivas, adecuación de los
trabajos a la producción) no para establecer derechos laborales sino para
construir un nuevo orden laboral en Chile, tal como lo hizo otro Piñera el año
1981 bajo la Dictadura de Pinochet, un orden que llamándose derecho del trabajo
es en verdad una regulación activa en beneficio de la organización empresarial
del trabajo, del modo en que se organiza la economía y a la que empresas y
trabajadores deben someterse, de manera distinta por cierto, los empleadores
organizando y decidiendo y los trabajadores solo adhiriendo a lo que se les
pro(im)pone.
En primer lugar el proyecto deforma el derecho laboral
pretendiendo dos cosas que son propias del discurso y la estrategia neoliberal.
Por un lado establece bajo la figura de normas insertas en un estatuto laboral
reglas que en verdad son de organización empresarial, ese es su objetivo, dar a
la organización empresarial la forma de realizar ajustes en el personal que les
permita adecuarse a las nuevas formas productivas y no establecer derechos
laborales, y esto es esencial de tener a la vista por que el rasgo principal
del derecho del trabajo no es regular sino proteger al trabajador en esa
relación capital-trabajo, todo lo que no sea eso puede parecerlo, pero no es
derecho del trabajo. Por otro lado busca establecer como natural ese orden de
la producción, como si fuese el único destino y la única forma de adecuarse a
los vaivenes de la actividad productiva, señalando que se puede hacer, que no y
en qué sentido, naturalizando su visión de las cosas y disfrazando una vez más
bajo las ideas de modernización y de libertad cosas que no lo son. En efecto
continuamente en el discurso neoliberal se apela a la modernidad como si todo
lo que ellos no señalan moderno está obsoleto, que es la misma técnica para
vender productos reduciendo artificialmente el tiempo de vida de los ya
existentes ; y se apela la libertad como
si ante las imposiciones del empleador el trabajador pudiese elegir libremente
decir no, si la empresa se organizará así yo no trabajo y me quedo como estoy;
además en el trasfondo de esto está también la ideología del emprendimiento
como forma de aumentar ingresos y trabajo sin exigirle más a las empresas sino
que trabajando en otra cosa el fin de semana, además de la familia como excusa
moral de todo, es decir darle mejores condiciones a la familia sin estar con la
familia.
Deforma también el derecho laboral en cuanto lo usa para
regular las actuales y ya no futuras formas de organización del trabajo, dejándolas
fuera del derecho del trabajo, para evitar así que los tribunales del trabajo
puedan declarar estas formas absolutamente desreguladas de trabajo que son los repartidores
de productos mediante intermediación por plataformas electrónicas o la uberización de la economía
como un encubrimiento de relaciones laborales. Lo que hace el proyecto de
gobierno es ir contra lo que ha sido la historia del derecho del trabajo de
decir esto se entenderá por trabajo para meter en el código laboral lo que no
es trabajo, regular lo negativo. Así da vía ancha a que los trabajadores de
plataforma deben seguir siendo considerando emprededores y nunca puedan ser
declarados trabajadores por un Tribunal del Trabajo o la Inspección del Trabajo,
dejándolos por ley fuera de ser regulados. Es una manera de invertir la
realidad, declararlos no trabajo sino servicios y de paso afectar las
facultades de Tribunales.
Deforma el derecho laboral también puesto que regula desde
allí qué requisitos de adecuación deben tener los trabajadores para la nueva
economía, que en el modelo chileno donde nada se produce en verdad, la capacitación ya no solo se hará por Sense y
sus sistemas sino que se la entrega de oblicua forma a las empresas de
prestación de trabajadores eventuales. Es decir arrincona allí en el trabajo
eventual las formas como debe aprenderse la nueva forma de trabajar y con ello
indica que se tratará de un trabajo eventual regulado y no de trabajo
permanente. Pero aún más grave, señala que va a regular el trabajo del futuro y
no dice nada sobre aquellos trabajadores de segunda línea que la economía de
las starup va a generar, es decir aquellos que trabajan para los que inventan y
generan aplicaciones o programas principales.
Deforma el derecho laboral puesto que ataca de manera directa
el último recurso de que dispone el trabajador como ser humano además de su
capacidad de trabajo, el tiempo; esta reforma afecta directamente el tiempo de
trabajo que no es aislado sino que es parte de la vida, los seres humanos no se
apagan tras una jornada. Debe leerse con cuidado no solo lo que significa que
pasar a tener jornadas de 4 días para hacer lo que antes se hacía en 5 o 6, así
de pasada dejar espacio para trabajadores de fin de semana que solo trabajen 3
días y bajen las cifras de desempleo, sino como además se le “permite” al
trabajador disminuir las horas de colación, obligarlo a entrar antes al trabajo
y vestirse para una actividad que beneficia al empleador , trabajar más horas
extras a cambio de vacaciones y hacer bolsas de tiempo que en definitiva son
administradas por el empleador en su programación anual y no por el trabajador.
Lo que en definitiva se hace es que se le quita al trabajador tiempo de vida,
se le agota en 4 días y no en seis, nada se dice de formas de aumentar las
remuneraciones directas o indirectas que provienen de remunerar el tiempo de
trabajo, como bajar a 40 horas semanales la jornada y así hacer valer más dichas
horas de trabajo. El capital ha salido derechamente a abolir la diferencia
entre tiempo de vida y tiempo de trabajo.
Deforma el derecho del trabajo además porque busca recortar
el poder negociador de los Sindicatos, aunque no lo parezca. Hace lo que antes
la legislación de Pinochet, que solo se cambió muy tarde, hacía con la
negociación colectiva, permitir fuera efectuada por sindicatos y por particulares
bajo grupos negociadores. Ahora hace lo mismo, permite que la negociación sobre
el tiempo de trabajo y de descanso pueda ser hecho por sindicatos y por trabajadores individuales y
solo pone requisitos a los sindicatos, que es una manera de disminuirlos y vaciarlos
por abajo.
Esta deforma laboral lo que hace es desactivar el derecho laboral,
llenar las normas laborales de normas empresariales como ya se hizo al regular
la tercerización y subcontratación, lo desactiva al quitar poder a las acciones
judiciales y las organizaciones laborales
que defienden a los trabajadores del abuso directo como del indirecto, se
afecta a los trabajadores de las empresas pequeñas ya que si esta es la nueva
regulación las empresas de menor tamaño en una estructura económica tercerizada
deberán adecuarse quieran o no a estas formas y con ello caen también sus
trabajadores. Esta reforma no solo deforma el derecho del trabajo sino que
performa el orden neoliberal que el gobierno de derecha imagina es la única
forma como se puede vivir, disponiendo de las poblaciones de la forma que a las
empresas más grandes, de propiedad de sus militantes y financistas sirve,
haciendo natural una forma de vivir en los tiempos que esa organización deja
libres y dejando que el capital financiero pueda organizar el resto del orden
económico sin trabajadores ni prestadores de servicios organizados ni jueces
demasiado garantistas sino un orden donde el dinero está llamado a hacer más
dinero, que es donde ellos son expertos en sobre todo, auto beneficiarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario