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Concepción, Bio Bio, Chile
Abogado. Maestro en Teorías Críticas del Derecho. Doctor en Derecho en DDHH y Desarrollo.

sábado, 11 de junio de 2011

POR DONDE EMPEZAR.

En un artículo anterior invitaba yo a pensar las cosas en profundidad, a establecer preguntas y relaciones profundas y no solo a quedarse en las cosas que manifiestan los problemas y en los instrumentos que podrían usarse para resolverlas. Alguien tomo el blog y lo posteó en su muro de facebok y allí otro, comentando lo escrito, señalaba algo así como que era muy interesante, pero que se solo se le venía a la cabeza en por donde empezar.
Y ante la necesidad de pensar y actuar, esa es una pregunta fantástica para empezar un debate ¿ante la necesidad de actuar por donde empezar? Y se me ocurren varias respuestas todas a la vez posibles, pero todas tienen dos cosas en común: primero actuar sobre un problema concreto y no sobre grandes temas que no pueden resolverse sin una importante serie de acciones e interacciones; y segundo, que todas se dirigen a la cotidianeidad más inmediata y a los espacios más próximos.
Por ejemplo:
  1. Plantearse un problema próximo y accesible e intentar ver sus fuentes, sus causas múltiples y sus consecuencias y pensar en una combinación de soluciones que puedan integrarse a bajo costo e impacto para enfrentarlo.
  2. Organizar soluciones colectivas para problemas que generalmente se presumen individuales. La historia está plagada de experiencias simples pero que se olvidan: comprar juntos y a bajo precio, negociar en conjunto contra un solo prestador soluciones a problemas similares, organizar bolsas comunes de financimiento o de comida, etc.
  3. Organizar para el grupo familiar, de amigos o de trabajo formas sustentables de comprar y gastar. Esto implica control sobre las fuentes de los gastos antes que sobre la posibilidad de ampliar ingresos. Por ejemplo acordar planes de consumo de electricidad, de agua, de insumos, etc.
  4. Vivir con menos objetos y menos energía. Prefiriendo varios en un auto antes que varios autos para una persona, compartiendo gastos incluso; usar lana o productos sintéticos especiales ante que ropa cualquiera para el frío a la par de bajar la intensidad de la calefacción, organizar la cocina y los alimentos de modo que no se desperdicie ni energía, ni alimentos ni dinero, etc.
Podríamos seguir hasta el infinito, pero todo esto es posible primero en grupos pequeños y después formando una cultura en crecimiento. Frente al individualismo cultural, de consumo y de gasto organizarse individual, grupal y colectivamente par ir contra la tendencia del mercado de hacernos gastar mas, de llenarnos de objetos y de no tomar en cuenta los costos para el medio ambiente y los próximo prójimos.

Los que además posean conocimientos técnicos y profesionales podrán ponerse a pensar como ellos pueden hacer algo con sus conocimientos para esferas próximas y cotidianas y después difundirlas. Por ejemplo, mi hermano que trabajó un tiempo en servicio técnico de electrónicos me recomendó que al comprar una TV comprase un led y no un lcd ni otro tipo en el marcado y además de ciertas marcas con servicio técnico efectivo y directo; si eso se combina con tener una tv por casa y no una por pieza y además organizarse ante eventos como partidos de futbol o eventos musicales, para ver varios en conjunto y compartir, se ahorra dinero en comprar ahora algo que tiene mas vida útil en el futuro, se ahorra energía en la emisión de calor y electricidad loque además incide en la cuenta, se puede ahorrar varios gastos en la propia casa o entre varias casa compartiendo comida por unos y gasto eléctricos por otros y se colectiviza la puesta en marcha de la solución.

Los que saben de medicina y farmacia proponiendo a los demás datos de alimentos, remedios, medidas de prevención, etc, disminuyendo el gasto en salud que en Chile es cada vez más privada. Los abogados, ingenieros, constructores, arquitectos, contadores, etc deben tener soluciones que impidan gastar dinero, consumir menos y ahorrar energía. Todo ello es un comienzo que va contra la lógica del modelo de vida que nos está destruyendo social, emocional y bioambientalmente.  Al compartirlos y organizarse colectivamente se pueden incluso medir soluciones . y su eficacia para reformularlas.

No es tan difícil, pero requiere voluntad y método. Y eso da para otro artículo.

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