Normalmente trato de no escribir de coyuntura política, por que de alguna manera el día a día político provoca una perdida de horizonte en la mirada que trato de evitar; puede servir de ejemplos, pero no es el sentido de lo que trato de hacer con éste blog. Sin embargo hoy hemos conocido la decisión del gobierno de chile, el gobierno de Piñera y la derecha, de contratar un sistema de monitoreo de opiniones en la web le llaman, una empresa que brinda servicios de programas computacionales que permiten identificar lo que algún ciudadano está diciendo en la web contra el gobierno y además incluso ubicarlo geográficamente, lo que por cierto facilita la vigilancia y las detenciones de ser necesario.
Esto es demasiado, es un asunto de principios, es el primer paso para transformar por razones de estado, la seguridad dicen unos, la necesidad de saber que piensan de nosotros dicen otros ministros, en una dictadura de control totalitario y autoritario sobre lo que los ciudadanos pueden decir. Eso se llama no monitoreo sino espionaje y si es para ubicar a quien las emite es un acto de inteligencia investigativa que es lo que hace un sistema de policía politica sin freno. Y esto era lo que faltaba, si hasta ahora todos los problemas sociales han sido monitoreados mediante piquetes de carabineros armados de escudos y cascos, al punto que si hay una protesta no quedan policías para perseguir delincuentes, todos se concentran sobre la protesta, ahora veremos como nos investigan para saber que pensamos, que decimos y donde vivimos para estar seguros.
Pero, me asalta la duda, si estos señores además son todos opus dei, moralistas, integristas del derecho natural, ¿van tambien a vigilar nuestras malas palabras en la red?, ¿van también en el futuro a monitorear quien esta teniendo pensamientos para ellos inmorales, pecaminosos por lujuriosos? Esto puede parecer una exageración pero no es así, piensen que cuando Orwell escribió 1984 parecía exagerado que la ciudad estuvise llena de camaras de vigilancia, que nos identificaran no por nombres sino por números, que nos dijesen con quien podíamos juntarnos y con quien no, que toda la razón la tuviese siemrpe el encargado del control público.
De la autocensura por que me pueden estar vigilando a la censura de lo que se puede decir y publicar y escribir, estamos a un paso, pequeño, muy pequeño.
Lo que está acurriendo es gravísmo. Las personas tiene derecho a mantener comunicaciones privadas y opiniones públicas libres con la sola limitación de la injuria, a tener opinión sin que nadie deba perseguirlos, censurarlos, espiarlos o monitorearlos por ningún motivo. No solo por lo que se dice sino por principio. Que una empresa privada que puede incluso luego vender lo que otros dicen (total las empresas están para ganar dinero dirá el ministro de economía y que hayan vendido todo lo que usted piensa fue un accidente) es por principio inaceptable. Si ya me parece que las esposas y los maridos no deben meterse en los correos electrónicos y teléfonos de los otros simplemente por que no, por que hay que respetar la intimidad del otro y la expresión publica de los pensamientos, mucho más reprochable es lo que está pasando. Están cercenando las libertades públicas, llamando al espionaje y a la censura de otra forma, contruyendo una nueva SS, una nueva Stasi, es la apertura al totalitarismo y de allí a la dictadura.
El asunto me parece tan claro que hasta estoy pensando en abrir una cuenta de twiter para escribir de coyuntura con el solo objeto que sepan que opinaré desde ya mal de ellos a propósito incluso, y si quieren saber donde vivo y donde trabajo pueden venir y preguntarmelo, no es necesario gasten dinero pagando a otros por eso. Pero se me olvidaba, el dinero está para que circule y pagarle a esa empresa reactiva la economía.
No hay fondos para bibliotecas pero si para monitoreos. Es una verguenza.
Acá se juega el principio del fin de la libertad y yo digo no, protesto, basta, la dictadura está a un paso y si es necesario nuevamente hay que salir a combatirla, sea del color que sea.
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