Se viene el primero de Mayo, vamos a escuchar discursos sobre las revindicaciones y los derechos de los trabajadores y pienso en las recientes noticias sobre el Congreso de la CUT que termina a golpes y palabrazos mientras se llama a la unidad. Pero la verdad no es eso lo que me preocupa, sino la derrota profunda que los dueños del capital le han propinado a las ideas de solidaridad de los trabajadores.
Es mejor que cuente una anécdota que no es tan extraña.
Por estos días estoy como asesor de una negociación colectiva. A diferencia de la mayoría de las veces en esta ocasión estoy asesorando a la parte empleadora que es una Corporación. La discusión avanza normalmente hasta que llegamos a la discusión del porcentaje de reajuste de los sueldos y entonces queda expuesta en toda su naturaleza la transformación de que hablo: los trabajadores ya no son trabajadores sino consumidores. Trabajan, es cierto, viven de su trabajo, cumplen horarios, dependen de una fuente laboral ajena, pero en su conciencia, en su identidad ya no son trabajadores, son consumidores.
Estábamos, como decía, en el reajuste del sueldo y ellos pedían un porcentaje y la empresa daba otro. El encargado de la negociación por la empresa saca cuentas y es un tira y afloja, hasta que uno de los dirigentes dice "pero hay que ponerle más por que hay un trabajador que gana doscientos mil pesos, es el que menos gana y hay que subirle un poco". Y ahí yo cometo el error de acordarme que la solidaridad era un componente esencial de las luchas de los trabajadores, tomo la palabra y digo: bien, entonces seamos solidarios, que la empresa ponga un punto más y en vez de aplicarlos a todos por igual saquemos un promedio entre el que gana más y el que gana menos, y ese promedio lo aplicamos a todos. El representante de la empresa se entusiasma y dice que le parece bien, saca el cálculo y dice, al sueldo más alto le tocarían $10.000.- de aumento, al mas bajo $4.000.- El promedio es de $6.500.- apliquemos éste, así el más bajo recibe 2 luquitas más.
Y viene la discusión.
No, no se puede, no corresponde, yo llevo más tiempo en el trabajo, yo tengo más gastos, yo tengo más familia. Hay que reajustar más a los que ganan más por que les corresponde, que por algo ganan más.y que no, que la empresa ponga más.
¿Estan proponiendo lo mismo que los ministros de hacienda y todos los economistas neoliberales, es decir puro crecimiento y de redistribución nada?, ¿es decir que el que tiene más gana más y ya?. Con que criterio piden solidaridad. Ustedes no son trabajadores, son consumidores, quieren más dinero y solo dinero, no han pedido una sola cosa para mejorar la calidad de trabajo, solo más dinero.
Me miran con cara de ver un marciano los dirigentes de los trabajadores. El representante de la empresa muestra su decepción. Los trabajadores que bailaron con los prisioneros en los 80 y los 90 quieren dinero.
Esto que describo es grave, por que quiere decir dos cosas muy claras: los dueños del dinero han logrado imponer su visión del mundo: lo que importa es el dinero: Los que debieron defender las ideas de la solidaridad no se sabe bien en que difieren de los patrones si la CUT ha sido demandada por no pagar a sus trabajadores y el diario de los comunistas es acusado de fraude previsional.
Esta es la derrota, del hombre solidario al consumista empedernido, a la visión do me sigo resisitiendo a que la vida sea solo dinero. Ya no bastan los discursos en actos masivos, hay que volver a pensar en el trabajo y en por que eso es lo que hace a los trabajadores trabajadores y no gerentes. Hay que volver al microespacio o seguirán los fukushima sociales.
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