CHILE RACISTA.

Supongamos que en un país hay blancos de origen extranjero y autóctonos,descendientes estos de anglozajones y caucásicos; que el resto son mestizos, algunos morenos incluso claramente con razgos étnicos como se estila, otros más blancos y unos pocos rubios o colorines; y que además existen un porcentaje de población manifiestamente indígena, buena parte de ellos rurales o con nexos directos con la ruralidad como antecedente próximo parental.

Supongamos que Ud. abre los diarios y la prensa muestra publicidad dirigida a la clase alta y con modelos, fotografías y entorno manifiestamente blanco; que además en la parte de noticias de espectáculos se descubre que todas las "estrellas de TV! son claras y las chicas que no se tiñen de rubio y aspiran a llarmse modelos, cuando en verdad son bailarinas. Ahora bien, en su hotel enciende la televisión y se encuentra con más publicidad donde solo se usan modelos adultos y niños blancos, rubios, claros todos, que la farándula, las noticias, los entrevistados todos son básicamente blancos y/o claros y que el mundo popular, ese moreno, es presentado siempre solo como "lo popular y simpático, la idiosincrasia", pero no como un modelo de vida. Imagine además que a la hora de la teleserie nocturna, esa que ven miles de aturdidos trabajadores que llegan tarde a casa a comer, dormir y ver televisión, los protagonistas son todos blancos y representan problemas que le suceden a gente que va a restaurantes, hoteles en vez de moteles baratos y no se ve ningún moreno y lo único étnico son ciertos collares de las prptagonistas.

Supongamos ahora que en plena plaza de armas de la capital de todos los extranjeros que concurren los nativos del país solo miran mal a los peruanos y bolivianos por sus manifiestos razgos indígenas, no a los ingleses, holandeses, alemanes o japoneses; ni siquiera a los negros que deben ser maestros de salsa o fantasía sexuales ni a las negras que con esos culos, valgame dios.

Supongamos además que en un país con evidentes carencias materiales mucha gente protesta, hace paros, corta calles pero que solo se designan fiscales especiales para investigar a los indios, que ellos que si, cometen actos penados por el Código Penal, pero que no usan armas de fuego de guerra, ni ponen bombas, ni van a centros poblados y urbanos para causar terror, cometer atentados o destruir bancos, empresas y casas hermosas, a ellos que se centran enrevindicar tierras, es a los únicos actores sociales a los que se les aplica una ley antiterrorista que triplica las openas; que la policía ocupa sus esfuerzos públicos y privados en infiltrar y cortar comunicaciones y contactos de esos indios y no de narcotraficantes o militares y civiles traficantes de armas; que en las manifestaciones la policía golpea y detiene a los con razgos étnicos o a esos niñatos morenos que los apoyan, dándole de bastonazos por un policía de casco que tiene evidentes rasgos indígenas y que golpea fuerte para que su patrón, perdón, quise decir teniente, no crea que el es de los mismos, sino que es un integraqdo diferente.

Imaginemos que el anterior gobierno del país, una coalición de centro izquierda según ellos decían, uso las mismas armas, isntituciones y herramientas legales y policiales que hoy heredó un gobierno de derecha, que quiso solucionar el problema de la identidad comprándoles tierra y regalándoselas, como si la parte de la izquierda del conglomerado (si, ya se que no se sabe quienes son unos y otros) no hubiese leído a Marx y eso del fetichismo y la cosificación de la vida. Supóngase que el actual gobierno de derecha se preocupa de una huelga de hambre que ocurre en Cuba pero no de los comuneros mapuches que piden que se les aplique la ley común y no una terrorista que los discrimina, agrava, sanciona y condena nuevamente a la discriminación tambien al interior de los penales.

Supongamos que la prensa preocupada de los rubios casi no informa de éstos acontecimientos pero si del matrimonio de alguien de pelo claro y apellido algo extranjero.

¿Diría Ud. que ése es un país racista?
Tenga cuidado, capaz que un día despierte y amanezca en él.