Datos personales

Concepción, Bio Bio, Chile
Abogado. Maestro en Teorías Críticas del Derecho. Doctor en Derecho en DDHH y Desarrollo.

martes, 7 de septiembre de 2010

ANIMALES.


Sucede que estoy escribiendo un artículo sobre derechos humanos, pero a decir verdad hay algunos sucesos cotidianos que me hacen dudar. No de los derechos sino de los humanos.
Mi hermano me ha contado que ha encontrado a su gata, con él desde hace siete años, muerta cerca de su casa. Sin señales de veneno ni de golpes ni de lucha, pero mojada, demasiado mojada. No se explica por qué un infeliz pudo haber hecho eso y que tiene rabia, mucha rabia, por que su mano derecha se había acostumbrado a acariciarla. Dijo también que si encuentra o sabe quien es jura los quema a todos los de la casa vivos, para que esa ralea se extinga, que matar a un animal así es imperdonable.

Hace un par de días un tipo que arreglaba un motor eléctrico de un portón en el edificio donde vivo, al acercarse mi perra coker de 3 años y unos 30 centímetros de altura a oler las herramientas le ha lanzado un puntapié, para asustarla según él. No obstante le dije, oiga para que hace eso, es innecesario, el tipo agregó y que tanto si es un perro. Rápidamente y confieso que con mucha frialdad le espeté: si la tocas te mato, asi de simple. El tipo se ha escandalizado, aseguraba que yo le planteaba algo desproporcionado, que como por patear al perro lo iba a matar y luego ya envalentonándose me dice a ver trata de matarme. Mira, le agregué, te lo digo muy fríamente, no tengo que tratar, simplemente te mato por que se como, a ver si así aprendes algo, que de la forma como tratas a los animales es la forma como vives, y tu vida debe ser un asco, abusador del mas débil pero no de alguien mas fuerte, seguramente en un mundo golpear a niños, mujeres y viejos. No dijo nada más que brabuconadas al aire y amen zas sin hacerme nada a pesar de estar a 50 centímetros. Eso suele suceder.

Con mi otro hermano, que está igual de indignado, alguna vez hablamos acerca de como el tratar mal a los animales es peor que ser cruel con los humanos, por que los bichos no tiene la categoría moral de bien y mal, por lo tanto todo acercamiento es inocente y atávico.

Y ésto tiene mucho que ver con los derechos humanos y con el uso y abuso que se hace de ellos. Sucede que los mismos que los violan después piden tratos benignos, que los que torturaron y vejaron no ven por que han de ser castigados. Similar cosa pasa con los agresores de niños, que consideran que son disponibles a sus caprichos; o con los agresores en la pareja, mayoritariamente hombres, que simplemente no se plantean por que eso ha de ser de otra forma.

El problema es la ceguera. No mirar las consecuencias y menos pensar que frente a una prepotencia siempre puede haber otro más fuerte que pueda golpearnos y así en una cadena sinfín.

el colmo de la brutalidad me parece el abuso del más débil y el no ser siquiera capaz de plantearse si con esa forma se resuelve algo. Y no es moralismo barato y que no crea que a veces situaciones de poder solo queda para destrabarlas el uso de una fuerza similar. Podría escribir muchas líneas acerca de la brutalidad policial que dice restablecer el orden causando más desorden, pero no es el tema.

Hay veces en que la humanidad, o eso que dice llamarse así como si los cromosomas bastaran para constituir humanidad, me alerta y hace perder la esperanza. Por estos mismos días estoy viendo a una familia alzarse en guerra para ver como reparten cuatro metros de tierra, sin pensar en que cuando alguno deba ir bajo tierra seguramente la culpa se los va a comer y olvidaran que unos buscaron joderse a otros. Otras veces hay algunas gentes que me devuelven la esperanza breve pero no la mirada profunda acerca de que es o no es ser un humano.

Confieso que a veces me alienta como única esperanza el que ocurra aquello que Foucault escribía al término de Las Palabras y Las Cosas: que la humanidad va a desaparecer como un rostro dibujado en la arena de una playa.

La verdad es que seguiré escribiendo el artículo. No por que confíe demasiado en los humanos y su estupida capacidad para destruir y destruirse; al fin y al cabo hace rato la humanida me parece una causa poco noble. Solo sucede que la explotación de unos sobre otros, quitándoles la calidad de humanos para transformarlos en cosas usables y abusables me parece peor que esa lacra que se autodenomina humanidad.

Por eso a pesar del tiempo y de haberse convertido en un discurso que usan desde la derecha a la izquierda, los derechos humanos me siguen importando. Por que los derechos no son lo que está escrito sino el resultado por construir y por lo mismo el hacerse humanos, es decir supuestamente sujetos de alto contenido ético es un proyecto aún por realizar. Y son demasiadas las barreras aún por saltar, partiendo por todos esos cobardes que atacan y golpean a los animales quien sabe por que imbecilidad de su existencia y luego pueden ir y besar tranquila mente a sus hijos.

Como tratamos a los animales refleja nuestra visión del mundo. Menospreciados por andar en 4 patas o tener alas; extinguíbles por deporte y por inconsciencia y no por necesidad alimentaria; transformables en cosas como las plantas, el agua, el aire y otros de la misma especie homo sapiens que molestan y hay que removerlos a golpes.

Sin conciencia de mirarse a uno mismo como una especie en extinción, ya se sabe que el engreimiento es el peor espejo de lo que se es y también del desierto que se será.

Así están las cosas. De acá en mas cuando vea un agresor me cuidaré de no gritarle animal. Estos me merecen demasiado respeto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario