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Concepción, Bio Bio, Chile
Abogado. Maestro en Teorías Críticas del Derecho. Doctor en Derecho en DDHH y Desarrollo.

jueves, 26 de agosto de 2010

De tumbo en tumbo.

Hace ya un buen rato que no se que escribir. Confieso que vienen pasando demasiadas cosas dentro y fuera del país que me desconciertan, me enfurecen, me indignan; y otras que me alegran el alma pero que no salen en las noticias.

A manera de broma he dicho que tras el terrible desastre petrolero en El Golfo de México que Obama aparezca bañándose en las costas no es muy gracioso, por que haya o no petróleo saldrá del mismo color. Pero en verdad me parece el colmo que este sujeto se calce bañador para que el turismo no decaiga, para que sea un negro quién blanquee el desastre monstruoso contra la vida.


Luego me sorprende Zarkozy y la expulsión alevosa de gitanos. Mientras su mujer glamorosa intenta pasar a la historia de la mano de Woody Allen, Nicolás reedita técnicas nazis de racismo. En mi caso sería motivo para divorciarme de un sujeto así, pero bueno Carla Bruni parece tolerar todo ello a pesar de sus ideas que ella dice de izquierda. Lo que da igual, que ya no se sabe muy bien que son esas ideas desde que la socialdemocracia administra el capitalismo.


Una amiga andaluza por su parte se lamentaba sobre como los españoles sufren el recorte de sus derechos laborales y sociales y ni siquiera tienen la decencia de salir a la calle como los griegos y su defensor Lukanicos. Debe ser el iberocatolicismo resignado le contesto, que también nos golpea por acá.


En Chile han pasado tantas cosas absurdas y graves que si quisiera escribir sobre todas no me alcanzaría el tiempo. Los de la concertación aún no entienden por que perdieron las elecciones y siguen pensando fue un accidente y que cuatro años pasan rápido, sin explicarse como administrar el modelo de la derecha conduce, por la carretera de la eficacia, directo a ella, más si se le ayuda de mucha corrupción. LA derecha ha sacado sus peores dientes prohibiendo las minifaldas, atacando a las mujeres que salen a divertirse y no dedican todo su día a sus hijos, reemplazando programas sociales por vírgenes, formando comisiones para resolver problemas que los empresarios que fomenta agravan, declamando respeto de derechos laborales mientras desmantela la Dirección del Trabajo; y para el colmo, aprobando por unanimidad de funcionarios de gobierno un proyecto de central eléctrica a carbón que acabará con todo a su alrededor, y al otro día el presidente, éste Sr. Piñera que se come las uñas y que hizo esperar seis horas a los parientes de los mineros atrapados para decirles que estaban vivos, dice que dejará sin efecto ese proyecto termoeléctrico por ser atentatorio al medio ambiente. ¿como se entiende ésto, si fueron sus funcionarios los que lo aprobaron, no debería pedirles la renuncia?. El mismo gobierno que pide detener las huelgas de hambre de los cubanos pero que ignora a los mapuches.


Mientras el país de cartón se cae, la gente de a pie sigue consumiendo, yendo a los centros comerciales, pensando que mayor exigencia en los colegios es una especie de explotación de los niños, que todo se soluciona compitiendo y excluyendo a otros y viendo teleseries nocturnas sobre la generación que tiene mi edad.


Esta teleserie llena de buenos sketch es vergonzosa, no por que se centre en un modo de vida de la clase alta, que al fin y al cabo siempre la impone, sino por que hace parecer que mi generación tiene solo dos preocupaciones, el dinero y la infidelidad como deporte de superación de marcas. Debe ser por eso que la gente de mi edad, los cuarenta, no me hacen gracia, por que si son así de banales, y me temo que lo son, el mundo se va a caer a pedazos y la única protesta será contra TVN por no dar el final de la novela entre las ruinas y las explosiones.

Una cosa muy concreta me preocupa más que todo, el que diaria y cotidianamente Chile se está volviendo un estado policial y de ésto casi nadie habla.


Parece que de acá en más habrá que dedicarse a analizar la estupidez humana.

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