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Concepción, Bio Bio, Chile
Abogado. Maestro en Teorías Críticas del Derecho. Doctor en Derecho en DDHH y Desarrollo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

NO CONSUMIR, NO ENDEUDARSE.




Sobre todo a fin de año, lleno de llamados a regalar en navidad, en que la fecha cristiana es usada a tajo y destajo por los dueños de todo para tener más vendiendo más, es posible hacer algo en contra del modelo único que se nos impone día a día. Facil, NO CONSUMIR, NO ENDEUDARSE.

Lo anterior no quiere decir no comprar, sino apenas comprar lo indispensable, lo menos posible y si y solo sí es posible adquirirlo al contado, sin endeudarse. Si como siempre dicen se trata de un presentito, bueno, si el dinero alcanza para un caramelo eso y ya, sin culpas; si alcanza para más, tambien caramelos y no grandes y fastuosos regalos que impliquen endeudarse en cuotas usando el dinero plástico que inventan los bancos y tendas.

Si esto adquiriese volumen, si mucha gente dejase de querer comprar regalos caros y que no están a su alcance en dinero en efectivo, tendrían lugar varios efectos prácticos, como por ejemplo:
Primero: que se dejaría de comprar a grandes tiendas y se reactivaría en serio el pequeño comercio, donde trabajan generalmente sus propios dueños y hay trabajo directo y no explotación.
En segundo lugar dejarían de botarse una icnreible cantidad de papel, plástico y otros elementos desechables que solo acumulan basura a un planeta ya saturado.
Tercero, se quitaría la angustía que el consumo provoca en quienes, queriendo darlo todo, no les alcanza el dinero y con ello la salud mental mejoraría.
Cuarto, la contabilidad personal mejoraría, ya que si se va a gastar en regalos se trataría de un gasto puntual en un mes y no extendible a todo el resto del año,
Quinto, el dinero que a futuro se pagará en intereses por uso de tarjetas plásticas puede redestinarse a otros bienes y necesidades y eso es mucho dinero.
Sexto, disminuye así el poder de control de las multitiendas, bancos y empresas de crédito sobre los bolsillos de cientos de personas y con ello, al tener menor incidencia en el sueldo mensual, también el control por miedo a la cesantía de los dueños del dinero en sus discursos públicos. Parece increible pero el primer efecto al ser despedido es el tener que enfrentar las deudas en casas comerciales para poder seguir consumiendo.
Séptimo, menos tarjetas plásticas impresas es menos basura pero tamién menos petróleo usado para su fabricación, es decir un impacto en la cadena global de la energía que no vemos ni se nos ocurre.

Y así.
Una acción económica como agente puntual conciente de lo que se hace frente al mercado es una forma concreta de hacer ciudadanía y tener soberanía sobre los deseos, anhelos, emociones y economía propia.

Uno que siempre imagina cosas, no todas lujuriosas por cierto, tiene a veces imaginaciones que son alucinaciones que liberan, como que me he despertado hoy domingo imaginando un país en que todos los que se dicen antisistémicos, o humanizadores del sistema o progresistas o responsables, o como se llamen, incluyendo esos partidos con nombres que alguna vez significaron algo, haciendo campañas masivas en contra de consumir y de endeudarse en cuotas. Eso si sería un ataque a la ideología del consumo que es usada para que los dueños de todo para tener más. Eso requeriría audacia política, de esa que ya no existe y que el regalador barbudo de fin de año ya no trae de regalo.

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